Entrevista a Andrés Pérez, nuevo director académico de la Escuela Superior de Jazz

“Cuando un músico vive de forma precarizada significa que sus derechos humanos no están cubiertos del todo, lo cual afecta de manera mental, espiritual, física, habitacional, familiar, y por sobre todo en su identidad y rol de artista”

Entrevistas 25/08/2022 Furia Jazz Furia Jazz
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Andrés Pérez

Desde su cargo como director de la Escuela Superior de Jazz (ESJAZZ), el conocido saxofonista y gestor cultural, Andrés Pérez, nos cuenta sobre el rol formativo de la casa de estudios y su amplia visión sobre lo que debe considerarse en la educación musical.

Tienes una gran trayectoria en la música, eres solista, compositor, líder de conjuntos, productor musical, investigador, gestor y hasta dirigente gremial. ¿Qué te moviliza a ser director académico de una escuela como la Superior de Jazz?

Cuando me llegó el ofrecimiento mi primera reacción fue preguntarme: “¿por qué yo?”. Uno no trabaja buscando algo concreto sino que va de la mano de la curiosidad de conocernos y descubrirnos a nosotros mismos. Es algo que tiene que ver con el jazz, con esa búsqueda permanente de saber más. Soy afortunado de haberme formado en un proyecto social como la Conchalí Big Band, un lugar donde entendí que aprender música no se trataba solo de tocar, sino también de conocer sobre otras disciplinas y habilidades como la inteligencia emocional, ser democráticos, entre otras. Cuando ocurre este ofrecimiento para ser parte del equipo ESJAZZ, pienso que tiene que ver con reconocer el trabajo que he venido realizando hace años en el área de educación y formación. Siento que es una gran responsabilidad el tomar este proyecto creativo y colectivo. Además de poder direccionarlo a ciertas áreas en las que yo también me he ido consolidando desde lo musical, lo formativo y las vinculaciones con otras organizaciones, por ejemplo.

 

¿Cuál es el estado actual de la escuela?

De forma paralela a nuestra formación profesional, estamos constantemente incorporando nuevos cursos y talleres, muchos gratis para nuestros estudiantes. Este semestre estamos lanzando 2 nuevos diplomados, de Improvisación y de Home Studio, talleres de Jam Session, gestión de proyectos, entre muchos otros. El cuerpo docente está conformado por profesores y profesoras que yo admiro un montón, que además de buenos docentes y excelentes músicos, son tremendas personas. Por otro lado hay cosas maravillosas en ESJAZZ, como por ejemplo, que somos la primera escuela de música que vela por el bienestar estudiantil en todas sus áreas. Contamos con un tremendo equipo de inclusión, que brinda accesibilidad universal, tanto para estudiantes de la neurodiversidad, como para estudiantes en condición de discapacidad. Tenemos atención gratuita de terapia ocupacional y salud mental para todos nuestros estudiantes, además de atención especializada en ergonomía aplicada al instrumento para prevención de lesiones. Generamos constantes convenios con red de psicólogos, terapeutas, kinesiólogos y otros profesionales que trabajan en conjunto para el bienestar de nuestros estudiantes, docentes y trabajadores. Este trabajo permite escuchar y generar diálogos sanos entre quienes forman parte de la comunidad ESJAZZ. Pienso que el jazz tiene que ver con eso también, con el diálogo, el respeto, el convivir armónicamente. Ese corazón y núcleo, no sólo de buenas intenciones, también de prácticas concretas, de inclusión y salud mental de la comunidad, es para mí super interesante y primordial.

 

¿Qué tipo de enseñanza entrega la EsJazz? 

Somos una escuela de carácter alternativo e independiente, de excelencia académica y especializada en la formación jazzística. Ofrecemos una formación profesional tanto para quienes están comenzando sus estudios musicales,  como para músicos profesionales que quieran perfeccionar sus conocimientos en el jazz y la improvisación. De forma paralela ofrecemos cursos breves, como talleres y diplomados para quienes deseen formarse y aprender temas específicos (etnojazz, improvisación, composición, tecnología en sonido, etc.). Nuestros cursos están disponibles tanto en la modalidad presencial, como en la modalidad on-line para estudiantes de otras regiones y países. El programa curricular es sólido y super completo, es claro y tiene troncos direccionados. Lo que nos interesa es que los conocimientos, contenidos y las menciones que ofrecemos vayan siempre dialogando. El desafío es que todo tenga una lógica y un enfoque orgánico que considere el enseñar con vocación, paciencia y cariño. Es importante que cada estudiante tenga actitudes democráticas, entendiendo la escuela no como algo jerárquico, sino como una comunidad que busca entender las necesidades de todas y todos quienes la conforman. Nuestro objetivo es la formación de artistas de excelencia con compromiso social, sensibles y críticos.

En términos personales ¿Cómo recibes el cargo de Director académico?

Siento que quien no se arriesga no cruza el río, que estar presente es super importante y es un ejercicio que he hecho desde chico. Hoy pienso en el jazz y siento que es una filosofía de vida, una decisión, una forma, para mi las bases de mi vida tienen que ver con el jazz y el swing. Para tocar jazz tienes que estar decidido a todo, tienes que tomar un riesgo, de lo contrario estaríamos haciendo lo mismo toda la vida. Si nos quedamos pegados estaríamos achanchados y para mi estar cómodo es preocupante. Desde chico decidí aceptar los desafíos, no veo que el hecho de ser un director académico me ponga en un nivel distinto al resto. Dentro del staff de docentes hay muchos ex estudiantes, eso habla mucho de lo que es la escuela. El afortunado soy yo, que finalmente soy recibido por una red de personas y seres humanos a quienes respeto y admiro mucho.

 

Desde el 2017, junto a la Mapocho Orquesta has venido realizando un trabajo con foco en la educación musical para infancia ¿Crees que sea posible incorporar a niños y niñas a la formación académica de la Escuela Superior de Jazz? Según tu experiencia ¿De qué manera resultaría mejor incentivar la educación musical? 

Sí, de hecho en la Escuela Superior de Jazz estamos trabajando en desarrollar un taller de iniciación musical. Queremos que todo sea inclusivo desde el comienzo,  que haya instrumentos que les permitan a las personas aprender y acercarse a la música desde la primera infancia, por eso es clave la creación de un taller de iniciación y estimulación musical temprana, así como de musicoterapia para la infancia y la neurodiversidad, talleres que actualmente estamos trabajando para implementar en el 2023. No vemos la escuela como algo netamente intelectual, es tan poderosa la música que no hay palabras que puedan sintetizar de mejor manera lo que los seres humanos tenemos adentro. En el fondo, lo que buscamos es preparar y acompañar a nuestros estudiantes desde el comienzo en su camino de desarrollo personal y emocional a través de la música.

 

¿Sientes que es rol de la ESJAZZ preparar a sus alumnos y alumnas también en materias de derechos culturales, sociales y económicos?

De todas maneras. En el ramo “Filosofía de la Música” que dicta el profesor Víctor González se abordan todos estos temas. Nuestro objetivo es formar personas críticas que entiendan el territorio en que están y las problemáticas con las que conviven. Prontamente tendremos una asamblea respecto al plebiscito de salida. Acá no veo personas sólo preocupadas por la partitura o la música, sino que hay también mucha conversación y diálogo en torno a otros temas contingentes a nivel social. Nuestra malla considera el desarrollo la formación crítica y sensible del estudiante en los primeros dos años. Uno de los primeros ramos que toman los estudiantes es “Pensamiento crítico, música y política”, ramo desde el cuál se generan distintos ensambles, con los que intervenimos y llevamos el jazz a plazas, liceos, cárceles, centros SENAME, adulto mayor, etc., democratizando su acceso.

 

La precarización es también otro tema importante a solucionar en el mundo de la música y quizás mayor aún en el jazz ¿cómo podría aportar la EsJazz para solucionar esto? 

Al hablar de precarización, estamos hablando de vulneración de derechos humanos. Cuando un músico vive de forma precarizada significa que sus derechos humanos no están cubiertos del todo, lo cual afecta de manera mental, espiritual, física, habitacional, familiar, y por sobre todo en su identidad y rol de músico, por ende sus funciones de ven coartadas. ESJAZZ facilita acceso a derechos tejiendo redes comunitarias, entregando formación de calidad y de bajo costo, con igualdad de condiciones, espacios para la salud mental, actividades gratuitas y formación con enfoque de transformación social. Nuestra misión es hacer de la música un lugar y espacio democrático y universal.


Puedes conocer más sobre la Escuela Superior de Jazz en su sitio web.