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El disco, grabado en Santuario Sónico del maestro Prabha (Juan Pablo Quezada), reunió a los músicos Gonzalo Mera en guitarra, Kevin Carvajal en saxofón tenor, Lucas Schlotfeldt en piano, Felo Bustamante en bajo eléctrico y Daniel Araya en batería
Reseñas 09/09/2022 Pablo VIllalobosUn protagonismo significativo y una joven sabiduría que a través de pasajes etéreos enfatiza en la armonía y la espacialidad
Un misterioso y más que interesante recorrido por los subgéneros de la música que nos convoca, logra mostrar una cara visible de como jóvenes músicos nacionales llevan a cabo una nueva generación del jazz chileno. Una identidad nacional que va más allá de aportar a nuestro folklore, sino también de como Chile ha logrado absorber músicas de distintas latitudes, a la vez que estampa un propio sello nacional y territorial a aquello.
El disco, grabado en Santuario Sónico del maestro Prabha (Juan Pablo Quezada), reunió a los músicos Gonzalo Mera en guitarra, Kevin Carvajal en saxofón tenor, Lucas Schlotfeldt en piano, Felo Bustamante en bajo eléctrico y Daniel Araya en batería
El mismo Gonzalo, de manera muy sincera y humilde, nos cuenta los primeros atisbos de su musicalidad a través de sus influencias, las cuales claramente se pueden escuchar en una nueva amalgama creativa que lo ha impulsado a lanzar un disco de alta gama.
De esta combinación mencionada, “Preludio” es justamente eso. Una pequeña pasada de esas influencias, que van desde nombres locales como Nicolás Vera Quinteto y referencias globales, que también reflejan la armadura del disco. Desde la estructura de las músicas y casi canciones de la Brian Blade Fellowship, pasando por una conversación de guitarra y saxo tenor –tal como lo hicieron en sus mejores tiempos Kurt Rosenwinkel y Mark Turner– hasta la locura y el free jazz que alguna vez impusieron grandes como Ornette Coleman y Cecil Taylor.
En este último punto el pianista Lucas Schlotfeldt destaca con un desplante y una creatividad que evocan al impresionismo. Polos opuestos que muestran la construcción y deconstrucción que ofrece el disco.
“El habla de los árboles” es un tema que Mera cuenta que nace de la contemplación. Es la primera gran muestra del desplante de Gonzalo como solista en el disco, mostrando de lleno lo que tiene que decir en su improvisación. Podemos escuchar un protagonismo significativo, como también una joven sabiduría que logra darle aire a sus composiciones a través de pasajes etéreos con énfasis en la armonía y la espacialidad. En esa conversación con otros instrumentos, otorga momentos de solos a sus compañeros para terminar de desarrollar el tema. El puente que construye Felo Bustamante en su solo de bajo destaca entre las secciones que llevan al final.
“Ocaso” es un tema necesario en casi todo disco de jazz. Es el tema que deja respirar al disco y que aterriza la escucha para hacer mucho más agradable el viaje ¿Qué es un ocaso? Quién no ha detenido su día para concentrarse en el espectáculo diario que algunos tienen acceso a vivir. Creo que las analogías son necesarias en la vida. Evocar en una creación lo que sucede en la vida real es uno de los principios del arte. En este tercer track, podemos vivir el proceso de la contemplación, la calma, la paz. El momento cúlmine en que el sol comienza a despedir el día y el intersticio de la luz desvanece, acompañada de la oscuridad, tomando el control de la rotación.
“Abril” es una canción de duelo que involucra la pérdida de un ser querido del líder de la banda. Una dedicatoria de diez minutos que pasa por distintas etapas de lo que significa la muerte de un ser querido. Esta pieza mantiene la solemnidad del respeto en el ritmo y deja explayar los sentimientos en hermosos pasajes que recorren el suceso, la pena, la introspección y la aceptación de lo vivido. Escuchando el disco, creí que este era el tema que despedía este larga-duración. Hubiera sido un buen cierre, pero aún quedan cosas por decir en este lanzamiento.
Y claro, si bien la vida nos ofrece distintos caminos, este debut toma una opción acertadísima al momento de despedirse. De manera personal, creo que siempre es necesario un poco de “chinchin” en un disco de jazz. Alguna vez escuché en un documental, no recuerdo cual, que el jazz es una música que se escucha con los pies. Este disco no hace caso omiso a esta premisa y de la mano de Daniel Araya dice adiós con “Destiempo”: una composición que logra hacer honor a su nombre en términos de métricas irregulares, pero que también logra situarse con un poco de swing y darle alegría a los pies.
Un nuevo gran disco de la nueva generación del jazz chileno, que nos alimenta de expectativa y esperanza. ¡Se vienen buenas cosas! También destacando la seguridad que dan colectivos como Furia Jazz que ayudan a lo que justamente falta en el jazz chileno, la articulación de los distintos agentes que participan en este mundo musical.
¡A disfrutar!
Gonzalo Mera Quinteto lanzará en vivo su primer disco este sábado 10 de septiembre a las 19 hrs en el escenario de La Cava en San Miguel.
Casa de la Cultura de San Miguel
Llano Subercaseaux 3519, San Miguel
Estación de metro San Miguel, Línea 2
Pablo Villalobos (1988), nació en Viña del Mar, Chile. Titulado de Ingeniero en Sonido, desde el año 2015 es el productor y locutor del programa radial “Jazz 97.3” de Radio Valentín Letelier de la Universidad de Valparaíso, donde mantiene un escenario activo a través del Ciclo de Conciertos “Don Jorge González Mancilla”. Hoy en día, se encuentra radicado en Barcelona, España, terminando de cursar un Máster en Gestión Cultural y trabajando en Jamboree Jazz Club de dicha ciudad.
Puedes escuchar Jazz 97.3 de lunes a viernes entre 20 y 21 hrs, a través de Radio Valentín Letelier.
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