Todas las fotos por Martín Obreque (@martin.obreke)/ Expectador.cl (@expectadorcl)

Era un sábado con aires tibios, primaverales, casi veraniegos, hasta que llegué al GAM. Tercera vez que voy, tercera que al llegar al frontis me invade un frío que llega hasta la médula. No sé si entra por la vista, que ve algo así como una pasarela de moda muy cool o si son los ecos de dolor y muerte que aún resuenan en el lugar que fuera (a la fuerza y arrebatándoselo a la cultura) el "Edificio Diego Portales" durante la dictadura. Un lugar con historia, algo tenso y duro, mezcla precisa para el lanzamiento y presentación en vivo del LP "Gracias por lo Malo" de Celeste Shaw.

La fila para entrar era larga y contundente como la trayectoria musical de Celeste. La sala llena a su totalidad, seguía el manto frío aunque amortiguado por una impecable distribución sobre el escenario y por unos "miguelitos" luminosos de color azul tan grandes como para detener un tanque. 

El azul comenzó a ponerse celeste con la entrada de la banda, el personal tomó lugar y actitud, está todo listo para romper el silencio con el synth bass de Cristián Orellana, quien merece nota aparte, al portar el linaje de la Conchalí Big Band y de la Mapocho Orquesta. A mi parecer es uno de los bajistas nacionales formados en el jazz más cotizados y a la vez de más bajo perfil en la escena. El lugar casi tiembla cuando suena el bajo, sube al escenario Celeste Shaw, lúcida y presente vestida de blanco. Un blanco que llegó a balancear el frío previo y que contiene en su interior a una mujer que escribe e interpreta sus canciones con Furia, flow y elegancia. El público la recibe con gritos y aplausos llenos de entusiasmo y emoción. 

La primera canción es "Tenko" que sorprende de inmediato al mezclar de manera casi alquímica las leyes formales y exactas que rigen al cuarteto de cuerdas.  Con la ley de la calle cargada de identidad y demandas de justicia que caracteriza a la llamada black music, terreno donde podemos ubicar al jazz, ya que en la génesis de las discografias de rap y hip hop encontramos samples crudos y procesados de jazz. Ostinatos de piano, cadencias ricas en acordes menores con novena, de ahí viene el color “jazzy” presente en el adn de la discografía y campo de acción de Celeste. Es así como la cancha queda rayada con tiza, con actitud, cojones y amor de madre. 

El show fluye y suena impecable con la protagonista contándonos sobre el proceso creativo de "Gracias por lo Malo" que comienza con el estallido social, atraviesa la plandemia y llega al hoy. Celeste también nos dice: Gracias por lo Malo pero gracias por lo Bueno, refiriéndose a las personas que participaron en el disco y también las asistentes en la sala. También nos dice que no pretende trascender ni comerse al mundo, solo quiere estar aquí y ahora con nosotros. Con estas palabras Celeste nos muestra una pincelada de su  lado zen y da paso a la siguiente canción que lleva por nombre "Muerte en el Papel". 

De aquí en adelante la común-unión entre el proceso creativo del disco y lo vivido por las y los asistentes al concierto se pone serio. En este momento la reina deja el palacio y entra en el alma de su gente. La gente que no le tiene miedo a la muerte, ya sea por valentía, locura o por haber tenido que cultivar el arte de resucitar después de estar confinado y bombardeado 24/7 por información virulenta y moribunda emitida desde los grandes medios de desinformación. 

Seguimos con algo muy personal, agradecimiento y aplauso cerrado para Sebastian Vergara, conocido compositor a cargo de los arreglos de cuerda del disco. Encargado también de compartir "La Misma Casa" canción que suena a magia, suena a usar la oscuridad como contenedor de luz donde todo es real. 

La poesía expresada en forma de canción continúa con el primer invitado de la noche, el cantante Moises Villanueva, quien sube a la tarima con su japa mala al cuello para cantar a dúo "P.A.V.", número 7 del disco. Lírica dura y clara que nos habla de sobreponerse, de avanzar, de la mente y mucho más. Después de un gran aplauso para Moises viene un momento emotivo y sensible dentro del concierto. Celeste nos cuenta la reflexión que inspiró y/o parió "Fractura", canción que logra un alto grado de identificación con la audiencia y viene a ser una de esas canciones que cantan lo que uno no sabe cómo decir. 

El set list continua con dos regalos para los asistentes. Un paquete de canciones del EP "Cristal" y la invitación al escenario de una mujer auténtica y con actitud. Emaflu, destacadísima autora, arreglista, flautista y saxofonista. La conocí hace años en el barrio, fui testigo de sus evoluciones musicales, personales y de como enfrenta y vence a sus fantasmas sin parar. Su flauta vino a traer el poder del viento al concierto. Subiéndome a la corriente de sinceridad y claridad dominante durante el lanzamiento tengo que decir que me hizo falta un espacio para un solo de Emaflu. Aunque parezca fuera de lugar, me quedé con ganas de escuchar en vivo "Qué hago aquí", track que pertenece a la discografía de Ema, donde canta a impecable dúo con Celeste. Tal vez habría sido mucho flow para soportarlo. El bloque de canciones fuera del LP presentado esa noche, se coronó con la invitación al escenario del dueño del "Groove Sax" en Chile, Franz Mesko quien lanzó tremendo solo sobre la cadencia de "El tiempo me dirá".

Para continuar, Celeste nos lee un texto de Alejandro Zambra que mezcla poesía y desobediencia para presentar "Perdí", canción a contra corriente que nos habla de perder. Nada que ver con los modelos exitosos o con personalidades ganadoras. La estrella de la noche sigue comandando desde el agradecimiento y la intimidad presentando a Aphelia, quien parece ser de esas personas que rompen el arquetipo de artista hasta que ponen a vibrar sus cuerdas vocales. Escuchar su participación en "Postal" recuerda sensaciones orgánicas como el olor a  tierra mojada. Esta hermosa y romántica canción fue un punto alto de la noche.

El beat sigue con "Bolero Desilusionado", lugar donde los optimistas olímpicos y el "piensa positivo" reciben un uppercut a la quijada, noqueando por un buen rato a la sonrisa falsa  y el evadirse uno mismo. 

Celeste presenta la última canción de la noche con su presencia especial y poderosa, calle, trabajo y talento. "No más me dio" fue uno de los cortes que nos anticipó lo que sería "Gracias por lo Malo". De manera acertada reúne todos los elementos presentes, además de contar con un elegante y estiloso videoclip realizado por Darío Lemus y Panda Estudio. La canción termina de manera algo sorpresiva, lo que no impidió a los asistentes soltar de inmediato una ovación de pie, con gritos y chiflidos para dar gracias por lo vivido y por lo compartido. 

El público pide otra, el conjunto da el sí para tocar "Lo Humano", mi canción favorita del disco. Una composición que como pocas me eriza los pelos y me sacude la espalda con escalofríos de sentimientos. El tema nos plantea revisar nuestros niveles de fascismo, además de plantear una pregunta digna de anteceder cualquier pensamiento, sentimiento y/o acción: ¿Dónde está lo humano?

Hay quienes dicen que el rol del artista es fotografiar, retratar con su obra su tiempo y lugar. Celeste Shaw y "Gracias por lo malo" lo hacen de manera magistral, con pleno dominio del arte de escribir y musicalizar emociones, tormentas y los procesos personales que muchos vivimos desde el estallido social en Chile y la dictadura sanitaria en el mundo, situaciones vivas y en curso aún. Situaciones que nos fuerzan de alguna manera a estar con nosotros [email protected], a mirarnos al espejo, a envenenarnos para encontrar el antídoto dentro del corazón propio  y afuera también, en la fuerza de la tribu y la potencia de la comunidad, de la gente querida. 

Celeste: 

Gracias por lo malo

Gracias por lo humano 

Gracias por realizar un show impecable, de alto nivel técnico y artístico.

Gracias

Puedes escuchar aquí 'Gracias por lo malo' el disco nuevo de Celeste Shaw: