Felipe Duhart Quinteto - Aliwen (2022): Reminiscencias

Placentero, como la sensación de sentarse bajo la sombra de un árbol en una tarde ventosa del fin de la primavera. Así es Aliwen, el último trabajo del guitarrista Felipe Duhart y su quinteto. La banda  está integrada por Agustín Moya en el saxofón, Sebastián Castro en el piano, Milton Russell en el contrabajo y Félix Lecaros en la batería. 

Aliwen (que significa árbol en mapudungún), es un todo, pero también la suma de sus raíces . El disco comienza con Viaje al Sol, donde el piano abre los fuegos. La batería de Lecaros le da un ritmo a un tema que avanza enérgico hacia un maravilloso solo de saxo de Agustín Moya, preludio del primer solo de guitarra de Felipe. En el último tercio, cerrando el tema un solo de piano a modo de colofón. Tal como una decidida declaración de intenciones, Viaje al Sol  sale disparada como un cohete.

Chasqui, inicia con un ritmo trepidante, heredero del cajón y el vals peruano. Modernidad y tradición se fusionan en este segundo tema. La batería de Lecaros le entrega toda la fuerza e identidad al segundo tema, que en sus pasajes instrumentales nos trae reminiscencias de Congreso y otros grupos de fusión latinoamericana.

Ya es tiempo aparece con un swing muy bailable, de esos donde dan ganas de mover la patita y la cabeza siguiendo  el devenir de cada instrumento. Destaca el protagonismo de la guitarra de Felipe y un gran solo de saxo por parte de Agustín Moya. Es de esos temas jazzeros que piden una interpretación en vivo para ver el virtuosismo de la banda en todo su esplendor. 

Dos Luceros es un remanso auditivo, donde la guitarra cuenta una historia ( inicio, clímax y desenlace), con tintes del medio oriente, desplegando toda su capacidad melódica, casi dramática. Es de esos temas que  hacen pensar en muchas cosas. Algunos pasajes incluso recuerdan  al sonido de Pat Metheny. Personalmente creo que es uno de los puntos altos del disco, la banda impecable es un soporte para el camino que la guitarra nos invita a recorrer. 

Atrapasueños,  es un bolero onírico. El contrabajo de Milton Rusell le da al tema un color muy especial, donde se van sumando cada uno de los instrumentos de manera sutil, como un recuerdo leve que se difumina.

Cumbres metálicas acelera nuevamente el ritmo con elementos del jazz, blues y del rock progresivo. Desdibujando los estilos, la banda hace gala de su virtuosismo y capacidad de cambiar de manera imprevista de ruta, sorprendiendo gratamente al oyente. Félix Lecaros en batería tiene un protagonismo especial, mostrando su capacidad de transitar sin pausas por géneros diversos. También es uno de los temas destacados de la grabación.

Océano es un tema de jazz fusión más tradicional, de esos que dan ganas de ver en vivo. Aquí se destacan la guitarra, el saxo y el piano. El final del tema decanta hacia una zapada más rockera y tal como en el tema anterior los estilos vuelven a desdibujarse.

Cerrando el disco aparece Tonada para Eli, donde la guitarra abre con un solo tranquilo, dando paso a  Sebastian Castro en el piano como protagonista con un solo bellísimo. 

La cosecha vuelve al jazz a modo de colofón. Este árbol de amplias raíces vuelve al tronco, de ritmo alegre y elegante, destaca cada instrumento por separado pero juntos forman un groove irresistible, entregando un cierre inmejorable a este disco. 

La buena música es un disparador, de emociones, recuerdos y reflexiones. Aliwen es un disco de canciones largas, lindas y emotivas, técnicamente impecables, donde los estilos se mezclan  y los géneros se difuminan. Haciéndonos pasar por estados diversos, todos ellos disfrutables, como reminiscencias de buenos tiempos, como mirar el atardecer cruzado de tonalidades, con la brisa suave pegando en la cara.

Ficha Técnica

Artista: Felipe Duhart
Álbum: Aliwen
Año: 2022
Tracks: 9
Músicos:
Felipe Duhart (Guitarra)
Agustín Moya  (Saxofón)
Sebastián Castro (piano)
Milton Russell  (contrabajo) 
Félix Lecaros  (batería)
Sello discográfico: Felipe Duhart

Gabriel Rodríguez Castro, sociólogo, nacido en 1986 el mismo año del accidente de Chernóbil y la mano de dios de Maradona. Vive en Concepción con Paty su compañera, y sus perr@s: Jazz, Nami, Malva y Laika. Sujeto disperso con cierta tendencia obsesiva a la música y todos sus derivados, pese a no saber tocar ni el timbre. Un par de veces soñó que era campeón con Santiago Wanderers atajando un penal en la final. No se resiste a los discos de vinilos ni a cualquier cosa que tenga palta. Le gusta la poesía simple y efectiva que golpea como un gancho al mentón.