Festival Bandada: un precedente para las mujeres en el jazz

Jazmín, Tamara y Olga son las impulsoras del primer Festival Insular de Mujeres en el Jazz. En esta conversación nos cuentan sobre su experiencia para que la ciudad de Castro en Chiloé viviera recientemente seis días de talleres, jam y conciertos protagonizados por mujeres del archipiélago.

Actualidad 26/01/2023 Darío Fernández Darío Fernández
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Foto por Álex Bello (@wondergraphic.cl)

Imagínate organizar un festival de jazz fuera de Santiago. Agrégale que quieres prolongarlo por 6 días con actividades, talleres y jam. Súmale que buscas convocar principalmente a mujeres instrumentistas. Considera que quieres hacerlo en la Isla Grande de Chiloé ¿Desafiante, cierto? 

Digámoslo: la escena musical del jazz es profundamente centralista y está dominada por músicos hombres. Jazmín Vera (Jaz, 27) decidió nadar contra viento y marea y organizar “Bandada: Festival Insular de Mujeres en el Jazz”. Artista visual de profesión y baterista autodidacta, quiso acabar con la soledad artística que la embargaba en Castro, su ciudad natal, y convocó a otras mujeres del archipiélago:

“Esa frustración es la que me llevó a empujar algo masivo. Le pedí apoyo al Departamento de Cultura de Castro y me dijo 'ya, démosle'. Hicimos el concierto ahí (Centro Cultural de Castro), fue un espacio muy bueno y además nos prestaron amplificación por una semana, para que las chicas no trajeran sus equipos”, nos cuenta la gestora.

La minga del jazz: "El festival lo hizo la gente"

Para levantar el festival, fundamental fue también la minga. Ese ejercicio ancestral de Chiloé y el sur del país, donde la colaboración de la comunidad es capaz de trasladar casas por mar y tierra, o en este caso, hacer realidad seis días de jam, talleres, conversatorios y conciertos de jazz. La motivación de Jazmín contagió a muchas mujeres y chicos que apoyaron la causa: “Decían ya poh, en qué te ayudó, salgamos a imprimir carteles, te hago tal cosa. ¿Necesitas transporte para los equipos? Vamos. Hubo mucho apañe, mucha minga, mucha colaboración. Al final, el festival lo hizo la gente”, agrega Jazmín.

En esta minga del jazz, dos músicas viajaron desde Santiago para apoyar en la gestión y ejecución de los eventos: la guitarrista Tamara Paz Canales (31) y la bajista Olga Galperin (31). Ambas se conocieron en el circuito musical de Santiago, eventos de Furiajazz y las Jam de mujeres organizadas por la cantante Andrea Gutiérrez.

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Olga Galperin, Tamara Paz y Jazmín Vera, organizadoras del Festival Bandada

Mujeres sin miedo a improvisar


La perspectiva de género fue el sello distintivo de esta convocatoria. Para Jazmín, el propósito del festival Bandada nace de las propias dificultades vividas como mujer instrumentista en Chiloé:

“De repente tienes ganas de juntarte con más mujeres y te encuentras con que más que no existan instrumentistas, muchas veces no las hay por vergüenza a mostrarse. Es un sueño poder haber hecho esto, hace un año atrás no me lo hubiera imaginado posible. Además, en los talleres se gestó algo muy lindo, una confianza. Recibimos músicas más jóvenes y fue bacán darles ese espacio seguro que nosotras no tuvimos. Decirles 'no importa si te equivocas' y seguir”.

Olga apoya y complementa la vivencia de Jazmín:

“A mí me hizo muy feliz escuchar a una mujer que estaba en uno de los talleres de improvisación, una trompetista que vive en un lado rural, y dijo: 'ya perdí el miedo'. Eso para mí era como '¡ya, listo, lo logramos!'. Es una emoción ver que logramos eso, y que se atrevieron mujeres y chicas a subir al escenario. Ojalá esa energía haya abierto algo, rompió ese hielo, esa barrera.”

Tamara hizo hincapié en la diferencia que hubo en el ambiente de las jam, al ser protagonizadas por mujeres:

“En los eventos que he estado, hechos por mujeres o por hombres, obviamente son diferentes, y yo lo aprendí con esto del separatismo. A mí al principio igual me causaba ruido: por qué vamos a estar solo mujeres. Pero claro, hay mucho miedo cuando hay hombres. En este festival, se notaba la forma diferente de los músicos al hacer la jam. Solo porque estábamos nosotras dirigiendo la cosa, se lo toman diferente las personas”.

¿Qué artistas se presentaron en Bandada y ustedes recomendarían seguir?

Jazmín: Una compañera con la que tocamos muchas veces, muy motivada, la Caro Vivar, de Dalcahue. La pueden buscar en Spotify. Ella nos estuvo acompañando con el violín.

También Marcela Paz Molina. Ella es cantante de acá (Castro), participó con nosotras en el primer concierto y tocamos también unos temas en el segundo.

La Grecia Sánchez, tocó clarinete en el primer concierto. Viene de la música clásica y se aventuró a tocar jazz y fue increíble el avance del primer al tercer día. Nunca había soltado la partitura y fue súper importante también eso que pasó ahí.

La Millaray tocaba sintetizador y lo incorporó al taller de improvisación. Tiene la banda Pájaros Kiltros, la pueden escuchar. Ella fue con sus dos guaguas y fue bacán, porque tiene una hija chica que debe tener 4 años y también estuvo tocando el xilófono. Fue muy bacán.


Un volcán acumulando magma para explotar


Si otras mujeres en otros territorios quisieran replicar este tipo de festivales con predominancia femenina, ¿qué aspectos les recomendarían considerar como lo hicieron ustedes?

Jazmín: Considerar a los niños. Eso fue súper importante, que lleven juguetes y todo para que las mujeres que van con hijos puedan participar. Que no sean excluyentes, porque esa es una razón social por la que se restan muchas mujeres de la música, porque los roles de cuidado están más enfocados en ellas.

Tamara: Quizás también las fechas. Las chicas que fueron al conversatorio se dieron el tiempo para conversar. La difusión ahí fue fundamental, fue buena y a tiempo. Entonces ellas pudieron darse un espacio, dejar de trabajar y de hacer sus cosas para compartir en el conversatorio y en el taller.

Jazmín: Otra cosa es importante mencionar: en un momento pensé en hacer una Jam de mujeres. Pero después la lógica fue tirando para otro lado, y las jam las hicimos mixtas. Pero igual al momento de ir viendo la lista de la gente que se inscribe, tuvimos la paridad por delante. Ojalá que no vayan a estar puros hombres tocando en la jam, porque la idea es que nuevas figuras se suban a experimentar y eso resultó súper bien.

Olga: Una cosa que me viene a la mente, es no solamente hacer un festival y difundirlo. Me gustó harto que Jazmín invitó específicamente a mujeres de la comunidad y de varios niveles. Era inclusivo, porque claro, no es que vas a algún lugar y vas a encontrar mujeres profesionales en el jazz. Ir buscando con invitaciones personales a las mujeres.

Jazmín: Yo quiero transmitirles a otras personas que sí se puede, hay que darle. Muchas veces, muy tristemente, hay que optar por el silencio cuando una no tiene espacios. Pero que esto sirva como cuando el volcán está acumulando magma para explotar. Si a ti te toca estar en el silencio, mujer: paciencia y fuerza, porque ese impulso está en nosotras. Hay más personas como nosotras de lo que pensamos. Se va a armar la red y basta con que una mueva la rueda para que siga su movimiento casi natural.

La próxima Bandada

Supongo que habrá una segunda versión de Bandada el próximo año... ¿Qué aprendizajes y proyecciones tienen con esta experiencia?

Jazmín: ¡Sí, habrá un segundo y tercero! Pensamos postular a un Fondart para que la próxima vez tengamos más recursos, porque esto fue levantado a pulso totalmente. Es importante mencionar el trabajo de Álex Bello (@wondergraphic.cl). Vino de Osorno a apañar el proyecto gratis. Lo conocimos en actividades de la Red Sudaka (@redsudakaartivista). Él nos hizo la sesión de fotos, los videos y registros de todas las tocatas, los conciertos y las actividades. Ese amor movió a hartas personas, entonces la idea es que siga el festival, ojalá con más recursos para distribuir mejor las cargas y todo eso.

Tamara: Yo estoy agradecida y sorprendida por la buena onda de la gente de Chiloé. Esa buena disposición hizo que esto mismo funcione y de forma agradable. La misma mamá de la Jaz (Jazmín) que nos ayudó muy en las sombras, pero siempre estuvo ahí. Todos esos apañes, quizás silenciosos, hacen que esto pueda fluir.

Olga: Quería decir que me preguntan a veces los hombres: cómo apaño, tengo la intención de apañar. Yo siento que es a través de acciones. Invitaciones, dar espacios, pero también a través de acciones más sutiles. Vuelvo a lo que dije sobre la presencia masculina en un jam. En este preciso momento que estamos impulsando el crecimiento del lado femenino, no esperes que una mujer te pida el espacio, también da la mano para que la persona tenga éxito. Hay que estar muy consciente de tu actitud en esos espacios.

foto entrevista

Tras casi 40 minutos de entrevista, la Bandada de mujeres jazzeras se despidió de la videollamada. Cada una debe emprender sus respectivos vuelos, pero la ruta de vuelta ya la conocen. Al sur del continente, cruzando el canal de Chacao, hay un semillero de mujeres repartidas por el archipiélago de Chiloé, ensayando para la próxima jam.

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