“Música para la inmensa minoría” el nuevo disco de La Brígida Orquesta en palabras de Gabo Paillao

Con un nuevo disco bajo el brazo, que combina jazz clásico y rap contemporáneo potenciado con una renovada experimentación armónica, y a punto de comenzar una nueva gira nacional, la banda detalla el proceso creativo de su producción más reciente.

Entrevistas 03/05/2023 Diego Vargas Ruiz Diego Vargas Ruiz

Tapa Disco

La Brígida Orquesta lleva haciendo eco desde hace un buen tiempo. No nos referimos a un eco de masas, ni a un efecto en cadena a nivel radial de consumo instantáneo para luego pasar prontamente al olvido. Con una serie de trabajos concretados en estudio, sumado a un historial de numerosas presentaciones en vivo, el grupo compuesto por once músicos de amplia trayectoria ha elaborado poco a poco un sonido cada vez más estridente. Un sello que va haciendo su propio espacio entre el rap y el jazz.

Tras regresar de su gira por Portugal, el grupo trabajó en un detonante de ideas que fue confeccionando su nuevo material, “Música para la inmensa minoría”, recién estrenado este miércoles 03 de mayo. Gabriel Paillao, tecladista, rapero y una de las mentes que dirige el conjunto, nos habla de la nueva propuesta musical de LBO, sus intenciones, algunas curiosidades y mucho más. Este viernes 05 de mayo inician su gira por Chile comenzando con un gran concierto en el Teatro Caupolicán. 

¿En qué consiste la nueva propuesta del disco de 10 canciones inéditas?

Este nuevo disco vendría a ser un espejo de “Corte Elegante”, nuestro primer disco con el que comparten similitudes. “Antípoda” fue una especie de transición entre Corte Elegante y este nuevo material, donde me permití explorar la composición sin limitaciones. El primer disco suena súper acústico y yo quería salir de eso, lo que fue posible en Antípoda con Arturo Zegers. Teníamos varias opciones y fuimos configurando el sonido y experimentando hasta dar con lo que queríamos para cada tema, todo antes de empezar a mezclar. El sonido de Antípoda tiene mucho que ver con el nuevo disco. En ambos utilizamos una cinta análoga Atari de veinticuatro canales y una Studer inglesa. Ocupamos ambas máquinas gracias a Arturo, quien tiene estas herramientas y precisamente por eso lo busqué cuando me lo recomendaron. En Estudios del Sur seguimos la misma línea, ocupamos una EMI de 4 canales, muy usada en Abbey Road. El disco nuevo tiene mucho de eso, mucho sonido vintage propio del jazz cincuentero que nos gusta. El uso de muchos instrumentos de viento, maquinaria vintage, como se hacía a la antigua, todo eso mezclado con rap. Otro punto es que este disco tiene mucha más armonía, a diferencia de Antípoda, donde usamos muchas tríadas. No quiere decir que dejamos totalmente de lado la armonía, porque las tríadas son bien atonales. Hay mucha atonalidad y eso va mucho de la mano de la armonía, como un híbrido entre lo melódico y lo armónico. En el nuevo disco, en cambio, la armonía es otra cosa, está en otro lugar. Eso se puede notar en el tema de presentación “Qué tan arriba”. 

¿Hubo algún motivo para escoger a “Qué Tan Arriba” como tema de presentación? ¿Cómo fue el proceso creativo del sencillo?

Nos gustó que abarcara de todo un poco. Al final del tema hay un solo de trombón del Tauber; rapeo yo, rapea el Tomás, rapea el Matiah. Tiene un arreglo de vientos que hizo Ed Neidhart, el saxo alto de la orquesta. Siento que es un tema en donde hay harto equilibrio en relación a lo que sucede en el disco en general. Fue una decisión unánime, coincidimos en que podía ser el primer tema para mostrar. El proceso creativo lo llevamos a cabo entre el Matiah, el Tauber y yo. A diferencia de la música anterior, aprovechamos un viaje de gira que hicimos con La Brígida Orquesta a Portugal y usamos el equipo que nos llevamos, en este caso mi MPC, el Matiah su SP y Tauber llevó su trombón y se hizo con un nuevo bajo y micrófono. Nos quedamos un momento en Barcelona y arrendamos un estudio improvisado, una suerte de garage por diez días. Allí nos encerramos y no paramos, solo salíamos a caminar un rato y darnos un par de vueltas, pero luego volvíamos a componer hasta que no diéramos más del sueño. De esas sesiones habremos compuesto unas treinta pistas y de ahí fuimos seleccionando. En Barcelona nacieron también varios coros que hicimos en conjunto. Ya de vuelta en Chile seleccioné algunos temas y los envié a los cabros para saber qué opinaban. Cuando ya tuvimos los temas escogidos, empezamos a trabajar las letras y luego los arreglos de viento.

LBO en estudio
Felipe Salas, Ed Neidhart, Gabriel Paillao, Matiah Chinaski y Alfredo Tauber junto al productor Arturo Zegers.

¿Fue la primera vez que tuvieron la oportunidad de componer fuera de Chile, mientras estaban de gira en el extranjero?

Sí, fue un sueño. Nosotros no solemos tomarnos vacaciones, no nos vamos a otro lado para descansar sino que siempre buscamos la oportunidad para seguir haciendo música. Yo si me voy a “vacacionar” a alguna parte sin mi equipo de música para componer, a los dos o tres días ya me aburro. Entonces haber tenido un espacio solo para nosotros por diez días para enfocarnos en hacer música, con suerte salir a caminar o comer y luego retomar, fue un sueño hecho realidad. Para mí nunca ha ido mucho eso de organizar y pautear todo, como que tengo que componer e ir de gira para luego tomarme vacaciones. Para mí es muy importante mantenerme en ese estado creativo. Y allá aprovechamos mucho ese momento para estar siempre en sintonía con lo creativo.

Imagino que tener la antena creativa atenta a todas las ideas que vienen y van es algo importante para ustedes y para ti

Sí, a lo largo de estos años he aprendido a mantenerme ahí, a hacerlo cuando se sienta y necesite y no hacerlo como si fuera un horario de oficina. Algo que siempre nos meten mucho en la cabeza, que todo sea pauteado, de tal hora hasta tal hora. Para mí hoy en día es muy importante mantenerme en un estado creativo, y la creatividad creo que es bien amiga del desorden. El acto creativo es tomar de aquí y de allá, entre más conexiones diversas que aparentemente no tienen ninguna relación, pero que tú logres encontrarlas, es más creativa la situación y el resultado. Si tuvieras todo pauteado, habría poco espacio para encontrarte con sorpresas.

Que-Tan-Arriba
Portada de "Qué tan Arriba" en la perspectiva de caída y abducción según Gabriel Paillao. Diseñador: Felipe Gonzanava. 

¿Hay alguna razón sobre la portada del sencillo “Qué Tan Arriba”? Llama la atención el color usado y la persona cayendo desde el espacio hacia la tierra

Pero si das vuelta la portada pareciera que a la persona la están abduciendo. Hay algo de catastrófico en la portada, una reflexión en torno a la catástrofe. Es una invitación a pensar: frente a la catástrofe, ¿qué podemos hacer? El color del disco siento que está relacionado a un pesimismo amable. Yo sinceramente no tengo esperanza respecto al planeta y nosotros, no creo que vayamos a salvar a la Tierra. Creo que lo más natural será que nos extingamos como lo han hecho un sinfín de otras especies. Aterrizo en la idea de que solo tenemos un rato para estar acá, ¿qué tanto más podemos hacer, más que intentar ser felices y hacer lo mejor con lo que tenemos, o con lo que podemos ir construyendo? En síntesis a eso invita la tapa del sencillo.

Y eso fue lo que quisieron reflejar en el arte del sencillo

En verdad le dimos toda la libertad a Felipe Gonzanava, creador gráfico de la portada.  Le mandé el disco completo para que lo escuchara y ahí empezó a enviarme diferentes bocetos hasta que ese imaginario de “Qué Tan Arriba” lo vi en esa imagen, de ese ser que está cayendo o siendo abducido. Me gustó ver la fragilidad de esa situación, me hizo recordar lo que pienso respecto al positivismo, El positivismo me parece algo súper frágil. El desastre está a la vuelta de la esquina, algo que el pesimismo tiene súper consciente y no ignora. Por eso me declaro pesimista, porque me recuerda esas cosas y que debemos pasarlo bien un poco y ser felices. Para nosotros eso es alcanzable al hacer música.

El hip-hop y el jazz han sido una fórmula constante en el trabajo de LBO, combinando ambos estilos musicales y desarrollando este híbrido siempre en constante evolución ¿Fue una decisión consciente en el grupo, o bien fue fruto de un azar creativo?

Todo estuvo bastante pensado desde un principio. El primer nombre del proyecto era “La Híbrida Orquesta”. En ese tiempo ya habían varias bandas de jazz-rap y yo nunca quise seguir esa línea, que para mí consistía en un contrabajo, una batería jazzera tocando un beat y un rapero. Para mí eso es el jazz-rap y sinceramente nunca me gustó mucho ese rollo, sentía que le faltaba calle. Lo que yo quería lograr era algo bien rapero usando el lenguaje de jazz que nosotros ya traíamos, pero siempre intentándolo desde el rap y eso me tomó tiempo conseguirlo. En “Corte Elegante”, por ejemplo, el sonido es mucho más acústico y jazzero, y no tan rapero. Eso tuvo que ver con mi capacidad de poder traducir una idea sobre la marcha de la composición y la producción. En el fondo fue como ir deduciendo el disco (Corte Elegante). Ahora tengo muchas más herramientas y pude traducir mucho mejor lo que imaginaba en “Música para la inmensa minoría”. El sonido de este disco es tal como quería que sonara la orquesta, y el sonido en general es más rapero que jazzero. Eso me acomoda porque yo no me siento un pianista de jazz ni aspiro a hacerlo. Sigo estudiando piano e improviso porque me gusta caleta, recursos que uso mucho al momento de tocar en vivo para externalizar lo que siento, pero no me siento ni rapero ni jazzero. Rapeo porque se me da e improviso por la escuela de jazz que tengo, muy influenciado por el jazz negro. Alucino con Thelonius y con todo el imaginario del jazz más marginal, que tiene mucho que ver con el rap. Cuando aprendí a tocar jazz en Conchalí, mi principal escuela, me gustaba pero no sentía que ahí era mi lugar. Cuando comencé a rapear y tocar con los cabros supe que era eso lo que buscaba.

¿Qué influencias se ha mantenido con el tiempo en la banda?

Harto de jazz negro pero también otros expositores como Bill Evans, al menos en mi caso. Sumo a Spinetta. Coincido con Fito (Páez) en una entrevista donde dice que no podemos pasar por alto al Flaco Spinetta, a Charly (García), a Atahualpa Yupanqui, a Violeta Parra, a Victor Jara y un montón de artistas que han alimentado todo lo que existe hoy en día. Está bien si te gusta lo que se escucha hoy por hoy, pero hay que conocer lo que empezó todo, tanto musical como creativamente, cosas únicas en el mundo. Hasta ahora sigo escuchando a Spinetta y aún me sigue inspirando. Siento que este último trabajo tiene mucho de él también.

¿Hay algún nexo que una toda la discografía de LBO, o siempre se trató de ir por algo nuevo sin pensar en lo que se hizo anteriormente?

La verdad no, siempre va por delante la libertad creativa; se trata de lo que la música necesita y no lo que nosotros necesitamos, porque sería una traba. Veo dónde me quiere llevar una idea, no al revés. En Corte Elegante no me cuestioné que la mayoría de los temas parten con acordes menores, no pensé en esas cosas, solo dejé que sucediera. Yo siento que la libertad creativa se mantiene en toda nuestra discografía, y es lo que nos permite saber hacia dónde ir.

¿Cómo se sienten ahora que presentarán su nuevo disco en el Teatro Caupolicán, considerando la importancia histórica del recinto?

Para cada integrante imagino que tendrá un significado propio este evento. Para mí es algo especial, el hecho de llevar una orquesta de once músicos a un lugar clásico, un proyecto que no se adosa al concepto de compra y venta en la industria. Desde un principio que he sido bien porfiado con el proyecto, de no cambiar el formato, mantener nuestro ideal, no bajar la cantidad de músicos y sacarse la cresta para que funcione lo mejor posible, jugársela para que sea un trabajo para todos. Se trata de un proyecto independiente y autogestionado por nosotros y nuestro equipo. Soy consciente del contexto en que nos vamos a meter y uno espera que salga todo bien, que si metemos a dos mil personas en el Caupolicán será un lograzo. A fin de cuentas es música que nos gusta a nosotros y que surge de nuestras entrañas. Que eso coincida y le guste a tanta gente es bonito. Creo que somos una resistencia artística, en cuanto a lo que hacemos, lo que movemos, la gente a la que llegamos, lo veo así. Espero que eso se refleje en el Caupolicán.

¿Sienten que se ha ido ampliando el público de La Brígida Orquesta desde que comenzaron?

Sí, totalmente. Harta gente que le gusta la música urbana nos escucha, por ejemplo. Uno ve en los perfiles donde te etiquetan en redes sociales que, en los cinco artistas más escuchados del año, salimos nosotros. Estamos ahí en un oyente que escuchó harto a Bad Bunny y a la Brígida Orquesta. Es algo raro, pero sucede. Cuando conversábamos esto en el grupo suponíamos que la intención del oyente es distinta, osea escuchan artistas de música urbana para vacilar pero seguramente escuchan a LBO con un motivo más mental.

La Brígida Orquesta se ha ido convirtiendo en un referente considerable de la contracultura ¿Toman alguna posición respecto a eso o tan solo siguen su rumbo?

Estoy de acuerdo con que hacemos música de contracultura, pero al menos yo no ando pensando en eso y tampoco creo que los cabros. Siempre me concentro en hacer música, eso es lo más importante en mi vida. Ahora iré a grabar música, quiero mantener ese ritmo siempre y evitar pensar en un discurso político o que somos algún tipo de movimiento. En algún momento intenté acercarme a esferas de ese tipo pero no me llamó la atención, siempre volvía a la música. Tengo mi proyecto personal ahora, “Knom”, donde estoy produciendo música para mí. También trabajando en proyectos colaborativos con amigas y amigos que voy a sacar pronto. Dicho eso entonces, creo que en lo creativo es donde se ha consolidado la fuerza y la envergadura del grupo, nos potenciamos entre todos, sobre todo entre el Matiah, el Tauber y yo. Imagina el estímulo, hacer cosas con Tauber, que es tremendo músico y artista, o junto al Matiah Chinaski. Ese tridente siento que nos potencia caleta, nos alimentamos y nutrimos mucho. Siempre en busca de la creatividad más libre posible.

La Brígida Orquesta presentará su nuevo disco este viernes 05 de mayo en el Teatro Caupolicán. Las entradas y detalles se encuentran disponibles en Punto Ticket

ENTRADAS CON UN 15% DE DESCUENTO.

Integrantes de LBO:

Matiah Chinaski, voz
Gabriel Paillao, piano y dirección
Tomás Alud, bajo
Felipe Salas, batería
Italo Viveros, primera trompeta
Fernando Carvacho, segunda trompeta
Alfredo Tauber, primer trombón
Alejandro Allaria, segundo trombón
Ed Neidhardt, saxo alto
Matías Aravena, saxo tenor
Pablo Jara, saxo barítono